Exponente literario salvadoreño


      Salvador Salazar Arrué

(Sonzacate, 1899 - San Salvador 1975) Artista, escritor, poeta y pintor salvadoreño, también conocido por el seudónimo de Salarrué. Es uno de los representantes más importantes de la literatura salvadoreña. Nació un 22 de octubre de 1899. Su legado sigue siendo uno de los tesoros más importantes de El Salvador.    



Salarrué no solo es uno de los máximos exponentes de la literatura de El Salvador, sino de toda Latinoamérica. “Cuentos de Barro” es una secuencia de historias breves  que retoma el habla coloquial salvadoreño y muchas de sus costumbres, tradiciones y elementos que reviven el verdadero significado de la cultura nacional hacen de Cuentos de Barro una joya de la Literatura.

Salarrué presenta sus cuentos en Tranquera, y lo hace de esta manera:

Como el alfarero de Ilobasco modela sus muñecos de barro: sus viejos de cabeza temblona, sus jarritos, sus molenderas, (...); así, con las manos untadas de realismo; con toscas manotadas y uno que otro sobón rítmico, he modelado mis Cuentos de Barro.


(...) Pobrecitos mis cuentos de barro... Nada son entre los miles de cuentos bellos que brotan día a día; por no estar hechos en torno, van deformes, toscos, viciados; porque, (...) ¿Qué sabe el rojizo tinte de la tierra quemada de lakas y barnices?; y el palito rayador, ¿qué sabe de las habilidades del buril?... Pero del barro del alma están hechos; y donde se sacó el material un hoyito queda, que los inviernos interiores han llenado de melancolía. Un vacío queda allí donde arrancamos para dar, y ese vacío sangra satisfacción y buena voluntad.
Allí va esa hornada de cuenteretes, medio crudos por falta de leña: el sol se encargará de irlos tostando.



Cuentos de Barro, publicado por primera vez en 1933 



Su peculiar forma de escribir es más bien un énfasis en la lengua de su pueblo, una tierna visión de los pequeños seres que atraviesan, con su ternura y miseria, los paisajes de su país. Escribió de desplazados de las urbes y acerca de los campesinos, identificándose con sus problemas y rasgos, así como con su materia verbal, que reproduce la tensión idiomática entre los dialectos, las lenguas indígenas y el castellano.
 También se ha hablado de realismo mágico: un buen ejemplo de ello es el cuento "El anillo de Oricalco", que desarrolla el tema de la muerte, los indios magos y el tópico del anillo encantado. 
Sus primeras novelas fueron El Cristo negro y El señor de la burbuja. Con O-Yarkandal, dio a conocer sus primeros cuentos fantásticos.

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